¿quien soy yo en la red?, no tengo nada claro que sepamos lo que somos en el entorno virtual, de-sensibilizado, con apariencia de privacidad y de libre elección de mi imagen (¿ponemos lo que queremos realmente?).
El argumento de fanáticos, gurús de todo pelaje, techno lovers, e interesados en controlar la información con sus algoritmos (es decir grandes marcas de tecnología), es que en la red todos somos más auténticos, más libres de expresar lo que somos, más ‘nosotros mismos’ en definitiva. Dicen que las redes sociales acaban con la forma tradicional de ver el mundo, de medir las opiniones, de relacionarnos, y que todo se debe a que las redes sociales son auténticas, espontáneas, C2C; que son ‘verdad’.
Me hago muchas preguntas, porque es mi personalidad y es mi oficio. Y por mucho que me lo pregunte no encuentro esa respuesta tan certera que algunos dan ya como ‘ley’, como nuevo ‘paradigma social’: las redes sociales son la nueva y auténtica realidad.
Yo veo de todo, como todos, y mucho caos, exhibicionismo facilón, vouyerismo abundante, y algo de ‘buenismo’ para la audiencia y pretensiones de ‘hacerme popular y famoso’. Nada que me parezca muy fiable como para entresacar emociones reales, conscientes o inconscientes, y mucho menos hacer inferencias de comportamiento.
Por lo demás a veces es divertido y a veces un tostonazo. Y la publicidad campando a sus anchas, bombardeandonos sin piedad con la escusa de que somos el perfil correcto para ese mensaje y para ese producto.
Señores de los algoritmos y el technomarketing, muchos otros han afirmado antes que el cerebro humano es abarcable y perfectamente comprensible con unas cuantas técnicas y herramientas sofisticadas. Cuanto más cerca nos creemos de la omnicomprensión más Kaos. Ojalá 2012 marque el fin… de la tontería.